Época: II Guerra Mundial
Inicio: Año 1941
Fin: Año 1942

Antecedente:
Los aliados reaccionan

(C) Isabel Cervera



Comentario

Hasta la llegada del Africa Korps los ingleses habían batido a los italianos gracias a su mejor equipo y al abastecimiento regular que les permitía su dominio naval. Los alemanes de Rommel contaban con material superior: sus carros montaban mejores cañones; el suministro era más ágil y el transporte de los carros en plataformas les permitían entrar en combate en perfectas condiciones mecánicas después de largas marchas en el desierto. A ello se sumaba la capacidad de Rommel, que desorientaba la observación enemiga moviendo los carros disfrazados de camión o los camiones disfrazados de carro y, de acuerdo con su costumbre, se desplazaba hasta los lugares más remotos para conocer directamente la situación. Incluso adaptó la pieza del 88 antiaéreo al tiro contracarro, con una precisión y capacidad que destruía cualquier tanque enemigo a dos kilómetros, cuyo efecto fue desproporcionado a su pequeño número y, en cada ataque de carros, machacaron a distancia a los británicos.
En aquel territorio inhóspito, la guerra sólo era posible con abastecimientos, que llegaban a las bases inglesas por Alejandría y a las italoalemanas por Bengasi. Entre ambos puertos existían otros de menor importancia (Bardia, Sidi Barrani, Marsa Matruch) que permitían acortar las vías de suministro. Pero el único bueno era Tobruk, a 550 kilómetros de Bengasi y a 1.675 de Alejandría, por lo cual, los ingleses no lo abandonaron en mayo de 1941. Los aviones y submarinos británicos con base en Malta, machacaban la ruta entre Sicilia y Libia, hasta el extremo de que, en agosto de 1941, los convoyes italoalemanes perdieron en el mar el 35 por 100 de sus efectivos y, cuatro meses después, las tres cuartas partes.

Los ingleses (Auchinleck) aprovecharon la oportunidad para empujar a los alemanes hasta Agheila, más allá de Bengasi. Como respuesta, 25 submarinos alemanes del Atlántico pasaron al Mediterráneo y se lanzaron masivos bombardeos italoalemanes contra Malta. A finales de 1941, habían hundido el portaaviones Ark Royal, el acorazado Barham, dos cruceros, dos submarinos y un destructor ingleses; los torpedos humanos italianos dañaron a los acorazados Queen Elizabeth y Valiant en el puerto de Alejandría y la Royal Navy en la zona quedó reducida a tres cruceros y algunos destructores. En enero de 1942, los convoyes del Eje pasaron, Rommel atacó de nuevo y llegó hasta Gazala; en mayo volvió a la carga y asaltó Tobruck, que los ingleses habían reforzado a través del mar, y tomó Marsa Matruch. A finales de junio, la retirada inglesa se detuvo en El Alemein, sólo a 100 kilómetros de Alejandría, con un flanco apoyado en el Mediterráneo, el otro en la infranqueable depresión de Qattara y aprovisionamiento fácil por la cercanía de las bases de Egipto. En cambio, los pertrechos alemanes llegaban tras a una problemática navegación desde Italia y una larga travesía por el desierto.

Malta padeció, en abril de 1942, 5.715 bombardeos aéreos como preparación a un desembarco italoalemán previsto para el mes de mayo; sin embargo, Hitler se desanimó ante los continuos fracasos italianos, renunció al desembarco y optó por rendir Malta por los bombardeos y el hambre. Los ingleses replicaron bombardeando los puertos africanos de Marsa Matruch, Bardia y Tobruk, lo que obligó a desembarcar los suministros de Rommel en Bengasi y hacerles recorrer, a continuación, 1.100 kilómetros de desierto. Mientras al Africa Korps le faltaba la gasolina, desembarcaron en Alejandría 300 carros Sherman y 100 cañones autropropulsados norteamericanos. En agosto de 1942, tomó el mando del VIII Ejército británico el general Montgomery, quién, decidido a explotar la superioridad material que se había conseguido, preparó durante dos meses una gran ofensiva, que esperaba llevar hasta el fondo del despliegue enemigo.

La estrategia enfrentaba a Roosevelt y Stalin, partidarios de desembarcar en Francia cuanto antes, con Churchill y el Estado Mayor británico, que pensaban que el desembarco en Francia debía esperar, por lo menos, hasta mediados de 1943 y mantener expeditas las vías de comunicación de la isla; defender la India, el Extremo Oriente, el Mediterráneo y expulsar al Eje del Norte de Africa. El ataque japonés a Pearl Harbour obligó a los ingleses y americanos a ponerse de acuerdo y Roosevelt decidió un desembarco en Casablanca -Operación Antorcha- para el 30 de octubre de 1942.

Existía el peligro de que España atacara el flanco de los desembarcados o bien que las tropas francesas de Marruecos se defendieran. Los diplomáticos ingleses trabajaron para tranquilizar al general Franco, mientras los agentes norteamericanos contactaban con los franceses, divididos entre la obediencia a Pétain y la oposición a los alemanes. Franco aceptó las garantías británicas y americanas, pero los servicios secretos aliados trataron torpemente a De Gaulle, no comunicándole la fecha del desembarco. La fuerza de invasión (Eisenhower) estaba constituida por 39.000 hombres dirigidos a Orán, 35.000 a Marruecos y 22.000 hacia Argel. Todos los elementos del desembarco llegaron directamente de los Estados Unidos, excepto un contingente británico que intervino en la operación de Argel. La aparición de los barcos, en la noche del 7 de noviembre, resultó una sorpresa general y el desembarco apenas chocó con algunas resistencias, aunque resultaron hundidos algunos barcos franceses y británicos.

Rommel, para evitar que los ingleses completaran su equipamiento, el 30 de agosto había iniciado una nueva ofensiva, en la confianza de recibir combustible, 120 carros, 2.000 vehículos y 100 cañones almacenados en Italia que, no obstante, la Marina y Aviación inglesas se encargaron de hundir. Un error de información condujo la ofensiva alemana a Alain Halfa, donde el Africa Korps se atascó entre los campos de minas y los infranqueables arenales. Falto de material, Rommel no tuvo otro remedio que establecerse en defensiva e inició una vasta operación de minado a fin de contener el ataque británico, que adivinaba próximo.

Este se produjo el 23 de octubre, unos días antes del desembarco americano en Marruecos y Argelia. La batalla de El Alemein comenzó por iniciativa de Montgomery, que disponía de 700 aviones, 710 tanques y otros 500 en camino, mientras los alemanes contaban con 120 aviones y 174 tanques y los italianos 200 aviones y 146 tanques de escaso valor militar. Una preparación de 1.200 piezas de artillería machacó los campos de minas y las fortificaciones alemanas de campaña. Le siguió un ataque que contaba con carros americanos Grant, Lee y Sherman y con poderosos Churchill británicos. En doce días, el VIII Ejército sufrió 13.000 bajas, pero hizo 30.000 prisioneros.

Hitler reaccionó ante el cambio de situación: el 9 de noviembre de 1942, fuerzas alemanas llegaron a Túnez para oponerse a los americanos y el 11, los alemanes ocuparon el territorio de la Francia metropolitana dependiente de Vichy, aunque Hitler garantizó a Pétain que respetaría su independencia. El 27, cuando los alemanes intentaron penetrar en la base naval de Tolón y apoderarse de la flota francesa, la guarnición lo impidió y el almirante De Laborde incendió los buques. Entre tanto, en las colonias francesas norteafricanas, numerosas unidades y militares individualmente abandonaban la obediencia a Vichy para unirse a los americanos. En el desierto egipcio, el Afrika Korps y los italianos retrocedían hacia Tobruk, Bengasi y Trípoli, empujados por los ingleses.